viernes, 6 de mayo de 2011

Una vida más acústica.

Sostener una guitarra y hacerla resonar. Pulsar sobre una sola cuerda.

El resultado audible. Vibración del alma y de la hebra a un solo tono,
la voluntad de un cuerpo físico y la historia que su memoria custodia.
La psique representada en un solo fenómeno y en un solo espacio.

Aunque algunos presuman que la invariabilidad de las cosas pueda ser comprada, nada es lo mismo siempre que un ser humano interviene; la existencia lo cambia todo; como el testigo que aunque lo desapruebe, ya pertenece a una historia. Su referencia se ha convertido en una representación de recuerdos unidos en mil pestañeos imperceptibles mezclados con los infinitos pigmentos subjetivos de la superstición, esculpiendo la nueva y verdadera imágen de las cosas.

La perfección siempre ha sido la musa del ignorante; producto de una ingenuidad enfermiza e intransigente como todo lo que es absurdo. Una proyección del miedo, estéril, imaginada dentro de un ideal. 

Se puede obtener momentáneamente 'un mejor bien' que genere movimiento en una voluntad física, que elabore matices a partir de un sentimiento y que al unísono permute aún más la sustancia de las condiciones. Esto si el contexto lo permite através del enfoque necesario el cual es la supresión o el aprovechamiento del mejor mal.